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Cómo mejorar la digestión

Muchas personas tienen problemas digestivos y en muchos casos es un problema fácil de solucionar.

Los alimentos pueden ser la mejor medicina para tratar un aparto digestivo sensible y con movimientos alterados.

Prevención

El agua tibia en ayunas es buena.  Beber 1 o 2 vasos de agua templada por la mañana, o cuando se pasan muchas sin comer, ayuda a vaciar el intestino. Se gana bienestar digestivo porque se hace sitio para más comida, evitando la hinchazón y los tapones intestinales.

Se recomienda comer despacio para evitar tragar aire. Se traga aire al comer rápido o si se habla durante la comida. Masticar chicle continuamente, beber directamente de la botella o tomar las bebidas con pajita son otros hábitos que hacen tragar aire. Cuanto menos aire se trague, menos gases.

Para facilitar la digestión, hay que masticar bien. Masticar bien es importante porque cuanto más machacados estén los alimentos, más fáciles son de digerir. La segunda razón es que la digestión de los hidratos de carbono empieza en la boca, con las enzimas salivares, y masticar bien permite que los alimentos se mezclen con la saliva.

La cena hay que pasearla, y la comida también. Un paseo calmado de 10 minutos después de las comidas estimula la digestión y el tránsito intestinal. Y si el tránsito intestinal funciona como debe, se producen menos fermentaciones internas y menos gases. Se trata de andar suavemente y despacio, no de andar para hacer ejercicio.

La capa muscular del estómago funciona mejor cuanto más oxígeno recibe. La respiración abdominal ayuda. Se coge aire hinchando el vientre como un globo y luego se expulsa por la nariz, apretando para que el abdomen se vacíe completamente.

La respiración abdominal fortalece también los músculos abdominales, los cuales, a su vez, facilitan los movimientos peristálticos del intestino cuando están bien tonificados. Hacer abdominales como parte de la rutina de ejercicio regular alivia la hinchazón abdominal y acelera el vaciado.

El aparato digestivo es muy sensible. Estar relajados facilita la digestión. El nerviosismo y la ansiedad pueden producir acidez de estómago. Quienes son propensos a sufrirla deben intentar relajarse antes de sentarse a comer. Una ducha caliente antes de la cena es una forma de conseguirlo.

Al cocinar o antes de comer

Las hortalizas sin piel se digieren mejor que las que se comen con piel. Es una buena idea pelar los calabacines, pepinos, tomates, patatas y las demás hortalizas cuando se tienen problemas digestivos. Las verduras y hortalizas crudas suelen provocar gases, es mejor evitar comerlas por la noche para descansar mejor.

Las ensaladas que contienen manzana, zanahoria y germinados ayudan a normalizar la producción de jugos gástricos.

Los purés y cremas de verduras son nutritivos, y son digestibles siempre que se tome el tiempo para saborearlos. Al comerlos deprisa entra aire en el estómago. Se debe sustituir la patata por calabacín y la nata por queso blando bajo en grasa siempre que sea posible.

El jengibre alivia la hinchazón y la pesadez estomacal. La mejor forma de tomar jengibre es fresco, pelado y rallado, en una sopa o un curry ligero. Un curry contiene además cúrcuma, que combate la acidez. Una mezcla de especias para curry se puede usar en salsas para todo tipo de alimentos, carne, pollo, pescado, verduras o arroz.

El arroz, la pasta y las legumbres deben estar bien hervidos.

Beber un zumo licuado de manzana, papaya y zanahoria antes de una comida copiosa ayuda a que todo nos siente bien.

Durante la comida

Las temperaturas extremas no facilitan la digestión. Ni las sopas ni las infusiones se deben tomar demasiado calientes. Conviene paladear el helado un rato en la boca para que se temple. Las bebidas tampoco se deben tomar demasiado frías, se pueden sacar de la nevera media hora antes, si es necesario.

Todas las comidas deben incluir proteínas porque el estómago segrega ácido clorhídrico necesario para digerir bien cuando las hay. Las digestiones serán más tranquilas.

El pescado se digiere mejor que la carne. La carne magra es más fácil de digerir que la carne grasa. Los ahumados y los mariscos son difíciles de digerir.

La carne, pescado y huevos deben estar en su punto. Se digieren peor cuando están demasiado hechos. Es recomendable tomarlos al vapor, en papillote o a la plancha, pues las preparaciones ligeras y con poca grasa ayudan a digerirlos mejor.

Masticar bien le ahorra trabajo al estómago.

No hay que olvidar los vegetales amargos como la endibia, escarola, berenjena y especialmente alcachofa. Estimulan la producción de bilis, facilita la digestión de las grasas y favorece el trabajo del hígado. Si se prepara una comida muy grasa, es una buena idea servir alcachofas como primer plato o como acompañamiento. De todas formas, las grasas son pesadas y no conviene abusar de ellas.

El aguacate es un buen acompañamiento para las comidas con mucha grasa pues contiene una enzima que facilita la digestión de las grasas.

Las legumbres en puré se digieren mejor y no provocan hinchazón. Cuando se toman enteras, provocan gases, pero el problema se reduce si se guisan con comino o hinojo, o si se acompañan con yogur, como ocurre en más de un plato de la cocina de la India. Quienes no toleran la lactosa pueden beber kéfir, que no la contiene, en lugar de tomar yogur.

Mujer formando un corazón con las manos encima del vientre.

Postre y sin café

La fruta cruda tiene más vitaminas, pero es mucho más fácil digerirla si está cocida. Una manzana asada es un postre perfecto para una comida pesada porque la cocción ha transformado su fructosa en un azúcar más digestible. Lo mismo ocurre con peras, plátanos, melocotones o albaricoques.

Piña, kiwi y papaya son el mejor postre después de comer carne, particularmente después de comer carne roja. Contienen enzimas que ayudan a digerir las proteínas. Deben tomarse crudas, cocinarlas desnaturaliza las enzimas.

Si no se han incluido como acompañamiento del plato, el yogur natural y el kéfir son la mejor forma de terminar una comida con legumbres. Ambos reducen los gases, y protegen la microbiota. El kéfir contiene además varías enzimas digestivas.

La canela es un condimento ideal para postres, así como un magnífico ingrediente para infusiones. Contiene aceites esenciales que estimulan la salivación y la producción de jugos gástricos.

Café no, el café es irritante para un estómago delicado. Es mejor rematar la comida con una infusión de hierbas o una tisana. Una infusión de menta o poleo alivian la pesadez de estómago. La manzanilla es muy efectiva cuando la digestión es pesada y agiliza el vaciado del intestino. Una tisana que contenga hinojo contrarresta los efectos de los alimentos que provocan flatulencia, como ocurre con brócoli, repollo, coles y alubias. Una tisana con salvia ayuda a digerir la grasa, pero hay que beberla muy despacio.

La manzanilla y la salvia no se recomiendan durante el embarazo.

Después de comer

Si se sienten molestias de estómago, hinchazón o pesadez, hay formas de aliviarlas.

Masticar semillas de hinojo o aspirar sus aceites esenciales estimula la digestión y evita espasmos estomacales. El aceite esencial de hinojo NO se bebe, basta con disfrutar del aroma.

Beber un vaso del agua en la cual se han hervido alcachofas, sin añadir sal, calma el estómago, particularmente cuando la grasa es el origen del problema.

Cuando se trata de acidez, el agua puede diluir los jugos gástricos y reducirla, pero tragar saliva es aún más efectivo. La saliva tiene un antiácido natural. Cuando no se tiene otra cosa a mano, producir y tragar saliva puede aliviar el ardor de estómago en cuestión de minutos.

El calor relaja la musculatura, y aplicar una bolsa de agua caliente sobre el vientre alivia los espasmos intestinales.

Un masaje circular del vientre en dirección de las agujas del reloj durante 3-4 minutos aliviará las molestias causadas por los gases. Puede aplicarse una crema hidratante o un aceite para facilitar el masaje.

La postura correcta alivia el reflujo. Si este es el problema después de comer, lo mejor es ponerse de pie, extendiendo los brazos hacia arriba. Inspirar hondo, expandiendo la caja torácica incrementa el efecto de esta postura. Si el problema ocurre cuando estamos acostados, lo mejor es volverse del lado derecho. La apertura del estómago se encuentra en el lado izquierdo y el contenido del estómago vuelve a caer dentro al tumbarse del lado derecho.