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Un vino para el día de San Valentín

En todo el mundo, el amor es el mismo. Pero el vino tiene un carácter distintivo que sólo el suelo y el clima de esa región pueden producir.

Así pues, para encontrar un vino que ponga el contrapunto perfecto a esos bombones que vamos a regalar, o a esa cena romántica, puede que tengamos que explorar un poco a lo largo de la geografía.

Todavía hay quienes insisten en que el chocolate no va bien con el vino. Sintiéndolo mucho, no estamos de acuerdo. Que se lo pregunten a alguien que ha probado un Pedro Ximenez, un vino de Madeira, o un vino dulce de Málaga, mientras se deleitaba comiendo las mejores trufas de chocolate francesas a ver que responde. El  robusto sabor a fruta de esta vino va bien incluso con el chocolate más oscuro. Nnguno de los sabores oculta al otro.

También podemos considerar lo románticamente perfecto que es el emparejamiento de fresas finas con champán de Champagne, la famosa región en Francia que da nombre a este vino espumoso. Y los valientes que se atreven a ir contra la tradición pueden mojar las fresas en salsa de chocolate.

Incluso una fino Gewürztraminer, un vino alemán bastante ligero, será apreciado por los enamorados de todo el mundo. Al pensar en el romance, Alemania puede no ser lo primero que nos venga a la mente. Pero Goethe y Schiller fueron LOS poetas románticos y dramaturgos románticos del siglo XIX, cuando se inventó el Día de San Valentín. De hecho, este sabroso vino blanco seco es la manera perfecta de decir "Te amo." Basta con decírselo a la copa de vino, mientras esa persona especial está lo suficientemente cerca como para escucharlo.

"Pero," protestan algunos, "el día de San Valentín se asocia con el rojo." No necesitamos discutir por eso. Se pueden tener las dos cosas. Podemos escoger un excelente Cabernet Sauvignon hecho en el corazón de Portugal ¿Qúe resulta demasiado fuerte? Podremos seleccionar un delicado vino rosado de California y servirlo con unas rosas al lado de las copas.

"No, necesito algo un poco más apasionado." No pasa nada, hay muchas opciones. Un Framboise, el vino francés al que se le añade un poco de zumo de frambuesas, proporcionará el tinto afrutado que diga "Nos vemos después del trabajo." No hay nada más apasionante que un vino con los ingredientes necesarios en la medida exacta para celebrar este día dedicado al amor.

Parte de esa influencia francesa emigró a Canadá hace generaciones. Basta probar un fino Chardonnay de Quebec para averiguar por qué esta región, donde se elabora vino desde 1800, produce caldos verdaderamente deseados por los amantes de todo el mundo durante los últimos 25 años.

Nueva Zelanda también es conocida por su pasión. Gracias a Dios, que esa pasión toma forma líquida a través de todas las magníficas uvas Syrah que se cultivan allá abajo. En esa tierra, basta con decir "¡Shazam!" para que apareca un shiraz que calienta el corazón hasta hacerlo arder.

Seguramente, nadie pensaría que nos íbamos a olvidar de Italia. Después de todo, pocos países del mundo están más estrechamente asociado con el romance. Y resulta que también es uno de los principales países productores de vino. Eso no es una casualidad. Basta con disfrutar de un excelente Merlot de Toscana para descubrir lo que es el amor.

América también ha puesto su granito de arena en el mundo del vino y el romance: Zinfandel. Si al probar este suculento vino tinto no se acelera tu sangre, probablemente no deberías estar celebrando el día de San Valentín en absoluto.

Ya que estamos en el tema de la geografía, amor y vinos, es hora de parar la charla y pasar a la acción. 

Dos copas de vino tinto adornadas con corazones.