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La dieta mediterránea

¿Qué es y por qué es saludable?

La dieta mediterránea es un antiguo patrón dietético, popularizado en la década de 1960 y adoptado por muchos países de todo el mundo. Se basa en la dieta tradicional de los habitantes de países como Italia, Grecia, España, el sur de Francia y otras regiones costeras del Mediterráneo. La dieta se centra en productos frescos como frutas, verduras y pescado, aceite de oliva, que es básico de la dieta mediterránea. Otros alimentos habituales son los cereales integrales, las legumbres y los frutos secos. Los productos lácteos, los huevos y la carne roja pueden consumirse ocasionalmente, pero en cantidades mucho menores que otros componentes de la dieta.

Un poco de todo y nunca mucho de nada.

Adoptar un patrón de dieta mediterránea tiene numerosos beneficios para la salud. Las investigaciones han demostrado que puede reducir los niveles de colesterol, mejorar el control del azúcar en sangre y ayudar a prevenir enfermedades crónicas como la diabetes y la obesidad. También se ha asociado a un menor riesgo de padecer Alzheimer, algunos tipos de cáncer y otras afecciones degenerativas. La dieta es rica en antioxidantes, beneficiosos para la salud y el bienestar general.

Para obtener los máximos beneficios para la salud de un patrón dietético mediterráneo, es importante incorporarlo a la vida cotidiana. Esto significa sustituir los alimentos procesados por opciones más frescas y naturales, como frutas y verduras, y cocinar con aceite de oliva siempre que sea posible. También significa centrarse en el control de las porciones y evitar cantidades excesivas de carne roja y productos lácteos. Por último, es importante ser consciente de la ingesta calórica, asegurándose de consumir las proporciones adecuadas de macro y micronutrientes.

Esta es la forma de experimentar los numerosos beneficios para la salud asociados a este patrón dietético. La dieta mediterránea no sólo es sabrosa, sino también increíblemente nutritiva y beneficiosa para la salud en general. Sigue siendo el patrón con el que se comparan otros tipos de dieta.

Una selección de ingredientes típicos de la dieta mediterránea incluyendo pescado, legumbres y frutos secos.

Guía de la dieta mediterránea

Servir legumbres como plato principal al menos tres veces a la semana.

Comer pescado al menos dos veces por semana y procurar que una de ellas sea pescado azul.

Servir verduras, hortalizas o fruta en cada comida.

Usar cebolla, ajo, hierbas aromáticas y especias como condimentos.

Usar aceite de oliva u otros aceites polinsaturados y evitar las grasas saturadas.

Si se necesita picar entre comidas, escoger alimentos saludables como los frutos secos.