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Una despensa bien surtida

Hay algunos elementos básicos que siempre se deben tener en la despensa. Nos sacarán de más de un apuro.

Hay algunos elementos que siempre deben tener almacenados para poder cocinar sin preocupaciones.

Los alimentos básicos de la despensa facilitan la planificación de los menús

Es bueno tener una despensa surtida. Se puede abrir la puerta, echar un vistazo rápido dentro y se sabe lo que se puede cocinar durante toda la semana. Pasta con salsa de carne el lunes, lentejas con arroz el martes, y así sucesivamente.  Si se tiene una buena selección de alimentos básicos, fáciles de cocinar, siempre habrá algo que comer y no hará falta salir a comprar cuando el tiempo escasea.

La despensa soluciona las comidas de última hora

Supongamos que nos hemos olvidado de sacar la carne del congelador y sólo quedan 30 o 40 minutos hasta la hora de comer. Aunque se descongele en el microondas o se intente descongelar sumergiéndola en agua hirviendo no va a quedar bien ¿Qué hacer?  ¿Qué hacer? Pues no hay problema si la despensa está bien surtida. Se puede coger pasta, una lata de alubias y salsa de tomate, y hacer pasta con fagioli; orzo, carne de pollo, y salsa roja mexicana, para hacer pollo al estilo Tex-mex; arroz y champiñones porcini secos permitirán hacer un magnífico risotto italiano. Todos estos platos tardan menos de 30 minutos.

Comidas más baratas

Los alimentos básicos son generalmente baratos. Todo el mundo los usa, así que muchas tiendas los tienen casi siempre en oferta. Por esto los alimentos básicos también son buenos cuando se trata de cocinar con un presupuesto limitado. Son muy asequibles y se pueden utilizar como base de un gran número de platos muy adecuados para una cocina frugal. Además, suele haber más ofertas cuando se compra en cantidades mayores y como los alimentos no perecederos no se estropean  aunque se guarden durante largos períodos de tiempo, tiene sentido aprovechar estas ofertas; se trata de economía de escala.

Cuando hablamos de la despensa, podríamos incluir el congelador.

Para alimentar a una multitud

Compartir la comida es una gran forma de crear y mantener amistades. No es sólo que todo el mundo necesita comer, es que prácticamente todo el mundo disfruta haciéndolo y disfrutan aun más cuando lo hacen en compañía. Todos conocemos algún vecino a quien invitar a comer en casa. Y no es difícil que el resto de los vecinos empiecen a hacer cola enfrente de la puerta. En estos momentos es cuando el contenido de la despensa se muestra invaluable. Es realmente sorprendente a cuantas personas puede alimentar un kilogramo de pasta.

Comidas reconfortantes

Es sorprendente ver cuantos platos considerados como reconfortantes se pueden hacer con  ingredientes básicos que se pueden guardar en la despensa.  Una sopa de tomate de lata, puré de patatas hecho a partir de copos de patata, tostadas de pan con mermelada, galletitas saladas con queso, y mucho más. La mayor parte de los platos reconocidos por su capacidad de devolvernos a un estado de felicidad siempre han tenido las mismas características desde siempre, tienen que ser asequibles, capaces de alimentar a grandes grupos de personas, fáciles de guardar, y fáciles de cocinar. Exactamente las características de los alimentos básicos que se guardan en la despensa.

Está claro que una despensa bien surtida hace la vida más fácil.

Ingredientes básicos

Siempre se debe tener cereales, pasta, legumbres, frutos secos, hierbas, especias, algunas hortalizas que se usan como condimento, como ajos y cebollas, y raíces y tubérculos que son básicos en muchos platos, como las patatas y zanahorias. Y no hay que olvidarse de las grasas para cocinar y, quizás, el vinagre.

Harinas – No hay que limitarse a la harina de trigo refinada. Tener algún tipo de harina más permite mezclarlas para añadir sabor y textura a panes, bizcochos y tortitas.

Patatas – Hay muchas variedades de patata y cada una produce una experiencia diferente en la mesa. Algunas variedades son sabrosas y quedan sensacionales cocidas con piel y aliñadas con aceite de oliva. Hay patatas alimdonosas, para guisados, y patatas más firmes, para ensaladas. Descubrir el tipo de patata más adecuado para una receta es parte de la diversión.

Pasta – Se pueden almacenar una gran variedad de formas, tamaños y colores. Y también hay que considerar la pasta de harina integral.

Arroz y quinua – Si se guarda tanto arroz de grano largo como corto, el repertorio de platos que se pueden preparar se multiplica. Y también hay que considerar que la quinua puede sustituir al arroz en muchos platos.

Frutos secos y semillas – Y frutas secas. Los frutos secos son siempre un tentempié saludable, pero se pueden añadir a ensaladas y postres. Una forma fácil de incrementar su valor nutritivo. Si no se usan a menudo, es mejor comprar poca cantidad porque los frutos secos se ponen rancios con relativa rapidez.

Legumbres – Son una fuente vegetal de proteínas. Carecen de algunos de los aminoácidos esenciales, pero este defecto se corrige cuando se mezclan con cereales.

Grasas y aceites – Aceites para freír, aciete para aliñar ensaladas y grasas sólidas para hornear.

Especias y hierbas – Las especias pueden convertir un plato ordinario en algo sensacional. No todas las especias son picantes, sólo la pimienta y las derivadas de los chiles y guindillas. Es mejor comprar las especias en grano para tostarlas o molerlas cuando se vayan a usar porque su sabor es mejor. En cuanto a las hierbas, es mejor usarlas frescas que secas, cuando sea posible. También es recomendable tener una buena selección para mezclar y variar al gusto.

Ajos y cebollas – Suelen ser un condimento esencial en muchos platos. Muchísismas recetas empiezan sofriendo cebolla.

Otras hortalizas – Que también se usan como condimento. Para algunos serán zanahorias, para otros apio y puerros.

Otros condimentos – Sal y vinagre.

Alimentos envasados – Al gusto. Desde el atún en aceite hasta tomate enlatado.