Pasar al contenido principal

El té es muy popular. Eso es obvio, pero ¿cuán popular exactamente?

La producción anual de las hojas de té se encuentra en los alrededores de los mil millones de kilogramos; si, en los miles de millones. Teniendo en cuenta que sólo hacen falta 25g, más o menos, para hacer una taza de esta infusión, se trata de muchísimo té. Y estamos hablando sólo de la producción anual.

Se podría argumentar que el té tiene menos cafeína que el café. Sí y no, sería la respuesta. Las hojas de té contienen una proporción del 1% al 3% de cafeína en peso; más del doble que una cantidad similar de granos de café. Es cierto que una taza de café preparada contendrá aproximadamente 100 mg de cafeína, y una taza de té tendrá sólo alrededor de 60 mg, Peor té contiene teofilina y teobromina, además de cafeína. Claro que el té, o el café, se beben mucho más a menudo de lo que se comen las hojas, o los granos.

Con moderación, la cerveza, vino, café y té son beneficiosos para la salud. Muchas de sus propiedades beneficiosas son el resultado de los compuestos presentes en la bebida. Tanto el vino como el té tienen antioxidantes. Se ha demostrado que la cafeína, en cantidades moderadas, tiene efectos saludables.

Pero, seamos sinceros. Para la mayoría de las persona no es la historia ni la economía, la ciencia o la medicina las que han creado la enorme demanda  de té, tanto hoy en día como hace siglos. El té es simplemente un maravilloso brebaje y muy agradable de beber.

Tanto si uno quiere algo que le ayude a despertarse por la mañana, o una taza algo caliente para relajarse por la noche, el té es perfecto. Despeja las telarañas y al mismo tiempo relaja. Caliente o helado, verde o negro, o algo en el medio como Oolong, o incluso blanco, sí, existe, el té sabe bien y te hace sentir bien.

A lo largo de la historia y hasta nuestros días, beber té ha sido a la vez una experiencia agradable y una ceremonia social. Sí, la gente ciertamente se reúne y se sienta a  disfrutar de una taza de café o una jarra de cerveza, o una copa de vino juntos. Pero ¿en cuántas culturas hay algo como una 'ceremonia de la cerveza'? Bueno, quizás hay un cierto ritual entre los estudiantes universitarios en algunas culturas. Pero, llamar ceremonia a eso es rizar el rizo. De todos modos, e tener una ceremonia del té no es algo exclusivo del Japón. El té de la tarde en Inglaterra es una costumbre  que ha dado mucho que escribir. Nueva York tiene clubes dedicados al arte de té.

Oriente y Occidente no siempre tienen muchos puntos en los que están de acuerdo, en cuanto a costumbres. Pero todo el mundo, China, India, Turquía, Rusia, Australia, Chile, los Estados Unidos, y el Reino Unido, y casi todos los puntos del mapa, disfrutan de una taza de té.

Por fortuna para los entusiastas del té, hay casi tantos tipos y mezclas de té, como los hay de café. Y, estamos hablando de un número deliciosamente grande.

Ser algo provincial y apegado al terruño es un impulso natural humano. Pero en los que tienen la audacia de explorar el mundo se encuentra las fuentes del progreso humano. Si la propuesta es unirse a sus filas y probar algunos de las más finos brebajes del planeta de allende los mares, no hay que pensárselo mucho ¡Suelta vela!

Hojas frescas de té y té suelto.

Variedades de té

Para los que prefieren un brebaje fuerte, está el Assam negro de la India – una infusión malteada que realmente puede despertar a cualquiera en la mañana. El Keemun negro, del interior de China, es una gran alternativa para los días fríos y lluviosos de otoño.

Tenemos los suaves Ceilán negros de Sri Lanka, que proporcionan una bebida maravillosamente relajante al final de un duro día de trabajo. Ceilán es el antiguo nombre de ese país. O uno puede probar el famoso Darjeeling moscatel  que viene de lo alto del Himalaya.

Pero muchos prefieren los suaves tés verdes que se encuentran a lo largo de toda Asia. Los japoneses pueden presentar una bandeja llena de opciones. El Kukicha es una mezcla de hojas y tallos, justo lo que hacía falta para darle un punto de sabor a una bebida que sería demasiado suave. China ofrece un mandarín con toques de albaricoque del que ese noble país puede sentirse orgulloso.

También de China, de la provincia de Fujian, viene el Pi Lo Chun y ningún amante del té, con un poco de sentido, dejar pasar la oportunidad de probarlo. También se debe probar el mono blanco, si no por otra razón que la de tratar de adivinar que tiene que ver el nombre tiene con este delicioso té verde.

África, particularmente Kenia, es ahora uno de los mayores exportadores de té negro en el mundo. Pero la cantidad no es siempre representativa de la mejor calidad. El Rooibos , te rojo de de Sudáfrica, es simplemente delicioso, aunque no se trate de la misma planta. Y el gusto es el árbitro final en cualquier sitio. El Rooibos es una excelente brebaje que se puede tomar al natural, o combinado con una amplia gama de aromas. Vainilla, mango, arándanos, o incluso el perfume de Earl Grey, son magníficas variaciones sobre un brebaje de primer nivel ya de por sí.

Y aun no hemos hablado del Oolong. El Oolong de Formosa puede ser el más conocido, y sin duda está entre los mejores, pero hay otros que igualmente vale la pena probar. Es necesario proar el Wu Yi de la costa de China. En cuanto al Jasmine, con un aroma que trae recuerdos de la primavera a la mente y deleite al el espíritu, debería ser una experiencia obligatoria. Darjeeling, en la India, produce un Oolong que hace honor a uno de los productores más grandes del mundo, y más antiguos. Aunque no todo en asiática oriental. La intensa demanda interna ha limitado la oferta disponible y los precios, por tanto, han subido. Pero merece la pena pagar un poco más por un té tan bueno.