Un plato ideal para la cena de los niños o para poner como aperitivo. Son crujientes, cremosas ¡y salen muy calientes de la sartén! Habrá que dejarlas enfriar.
Ingredientes
Instrucciones
Calentamos la leche con la hoja de laurel hasta que esté a punto de hervir. La dejamos aparte.
Calentamos la mantequilla en un cazo hasta que se funda. Freímos la harina 2 minutos, sin dejar que tome color, para que la masa no sepa a crudo.
Retiramos el cazo del calor y añadimos parte de la leche, batiendo bien para que se forme una masa uniforme. Incorporamos el resto de la leche, batiendo bien una vez más. Sazonamos al gusto.
Volvemos a poner el cazo en el fogón y llevamos la salsa a ebullición, removiendo constantemente. Dejamos que hierva 6-8 minutos, sin dejar de remover, hasta que espese.
Incorporamos el huevo duro y le damos unas vueltas. Pasamos la masa de croquetas a una fuente y dejamos que se enfríe. Podemos refrigerarla un para de horas, una vez a temperatura ambiente, para que se endurezca aún más.
Preparamos un plato con el huevo batido y otro con pan rallado. Le damos forma a las croquetas una a una, y la envolvemos primero en huevo batido para rebozarla en pan rallado después. Las vamos colocando en una bandeja.
Calentamos abundante aceite en una sartén honda, o una freidora, y freímos las croquetas por tandas, 6-8 cada tanda, durante 3-4 minutos. Las vamos sacando del aceite, escrurriéndolas bien, y las dejamos sobre papel de cocina para eliminar el exceso de grasa.
Servimos las croquetas de huevo duro bien calientes.