Leche frita (crema con huevo)
La leche frita destaca por su textura suave y cremosa, en contraste con un exterior crujiente. En esta variante, se incluye yema de huevo en la crema, lo que aporta una mayor riqueza y suavidad al postre.
Ingredientes
Instrucciones
En un cazo de fondo grueso, mezclamos bien las yemas de huevo con el azúcar y la fécula de maíz. Incorporamos la leche y revolvemos hasta tener una mezcla uniforme. Añadimos la cáscara de limón.
Ponemos el cazo en el fogón y lo calentamos suavemente, sin dejar de remover, hasta el punto de ebullición. Dejamos que hierva unos minutos, removiendo constantemente, hasta que espese.
Retiramos la cáscara de limón y vertemos la crema en una fuente baja y dejamos que se enfríe por completo. La refrigeramos hasta que quede casi sólida. Una vez fría y firme, cortamos la leche en cuadrados o rectángulos de unos 4 cm.
Preparamos un plato hondo con el huevo batido y otro con la harina. Calentamos aceite abundante en una sartén honda.
Vamos rebozamos cada trozo de crema, primero en harina y después en huevo batido, y los freímos en el aceite hasta que se doren por ambos lados. Al sacarlos de la sartén, los dejamos escurrir un par de minutos en papel de cocina antes de pasarlos a una fuente.
Espolvoreamos los trozos de leche frita con azúcar y canela en polvo. Servimos la leche frita todavía caliente, cruiente por fuera y cremosa por dentro, o dejamos que se enfríe a temperatura ambiente.
Notas
La crema espesa mucho al enfriarse. Queda sólida y blanda.
La leche frita se sirve caliente, crujiente por fuera y suave por dentro, pero también se puede servir a temperatura ambiente o refrigerada y muy fría.
Variaciones
Se puede usar leche semi-desnatada o desnatada para reducir el contenido en grasa. Y al contrario, se puede añadir mezclar nata líquida con la leche para que la leche frita resulte aún más cremosa.
Se puede hacer una leche frita vegetariana usando leche de almendras o de avena, pero la textura y el sabor varían.