Esta sencilla receta, tan fácil como rápida, transforma el hojaldre y el queso en un aperitivo irresistible que encantará a todos.
Ingredientes
Instrucciones
Calentamos el horno a 200-220º C. Forramos dos bandejas de horno con papel parafinado.
Extendemos la masa sobre una superficie ligeramente enharinada. Pintamos la superficie con huevo batido y colocamos 60 g del queso rallado sobre la mitad de la masa, dejando un borde de 1 cm alrededor. Espolvoreamos sal y pimienta molida para sazonar.
Doblamos la otra mitad de la masa sobre la que tiene el queso rallado, empujando con el rodillo ligeramente para cerrarla.
Volvemos a pintar con huevo la superficie y extendemos el resto del queso rallado por encima. Cortamos la masa en rectángulos de 2 cm de ancho. Retorcemos cada rectángulo y los vamos colocando en las bandejas de horno que habíamos preparado.
Metemos las bandejas en el horno y horneamos los palitos de queso hasta que se inflen y se doren, 10-12 minutos. Los sacamos del horno y los pasamos a una rejilla para que se enfríen un poco. Servimos los palitos de queso templados.