Salsa marinara
Seguro que la salsa marinara puede ser una simple salsa de tomate. Pero hay maneras de hacer que se convierta en una salsa deliciosamente elegante. He aquí la receta más sencilla y algunas ideas para crear variaciones más interesantes.
Ingredientes
Instrucciones
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En una cazuela, freímos el ajo en el aceite de oliva durante un par de minutos, hasta que se dore.
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Echamos el tomate triturado y los condimentos, albahaca fresca, sal, y azúcar.
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Dejamos que hierva a fuego lento durante 20 minutos.
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La salsa está lista para servir. No hace falta triturar más.
La salsa marinara es oriunda de Nápoles, en el sur, pero es verdaderamente una salsa italiana universal, que se encuentra en cientos de platos de todas las regiones. Lejos de ser una salsa anodina, puede darle un carácter picante a los platos. Los mejores tomates para esta salsa son los San Marzano, o si no cualquier variedad de tomate de pera, como los tomates Roma.
Los italianos a menudo utilizan pasatta o tomate de lata como base de sus salsas. Si los tomates de lata no estuvieran tirturados, los cortamos en trozos grandes y los pasamos por la batidora 10 segundos.
Notas
Dado que el nombre deriva de la palabra marinero en italiano, es común pensar en la salsa marinara como parte de platos de marisco. Pero su uso con espaguetis por es suficiente para refutar eso. Como es una salsa familiar a través de un millón de platos mediocres de espagueti, habrá muchas personas giman cuando usted les dice lo que hay para cenar. Pero no tiene por qué ser así. La salsa marinara puede ser emocionante, diferente, e incluso sorprendente.
Una forma de ver que es comparar y contrastar marinara con algunas salsas en el norte y el sur. De la Campania nos viene la salsa puttanesca picante. Los granos de pimienta y el ajo le dan empuje, mientras que la albahaca y aceitunas negras proporcionan un sabor tradicional napolitano. En comparación, las salsas del norte de Italia tienden a ser más suaves y menos picantes. La mantequilla es un ingrediente prominente en una cremosa salsa del norte de Italia, tal como un ragú a la boloñesa o una salsa Alfredo.
Pero una buena marinara puede combinar ambas cualidades, la ralladura de picante del sur, donde las salsas a base de tomate son más comunes, con la dulce textura cremosa del norte. La albahaca, el ajo y el orégano le darán ese carácter italiano, pero algunos ingredientes extra, como un poco de guindilla, pueden evitar que sea aburrida.
He aquí algunas ideas muy simples para empezar a andar por ese camino.
- Añadimos una pizca de pimienta negra molida y algunos granos de pimienta, negra o roja, junto a los otros condimentos.
- Para añadir un poco de verdura, probar algunas cebolletas, cortadas en rodajitas, que se pueden freír junto con el ajo, o se pueden añadir a la vez que el tomate. Para hacer algo más salvaje, sofreír unos dados de pimiento verde, finamente cortado, justo antes que el ajo y añadirlos a la salsa.
- Añadir otras hierbas, por ejemplo, una cucharadita de orégano seco.
- Para darle más sabor pero de una forma suave, se puede utilizar un poco de ese vino blanco especial que se ha estado guardando para una ocasión como ésta. Un vasito (100-125 ml) será suficiente. Un Gewürztraminer sería demasiado, es mejor probar con un delicado seco Chenin Blanc.
Estas variaciones no son sólo invenciones de la cocina internacional, también provienen de otras zonas en Italia, que es una tierra diversa, en la cual se aprecian las influencias de culturas tan diferentes como los francesa, la griega, y la de varias tribus árabes del norte de Africa. No es necesario preocupes por violar la tradición, o por producir de algo que no es auténtico. Se puede dejar volar la imaginación ¡Los italianos lo hacen!
Origen
Cocina italiana