Un contraste delicioso entre las manzanas caramelizdas y la acidez de la salsa de limón. Se sirve con nata montada.
Ingredientes
Instrucciones
Calentamos el horno a 200-220º C. Engrasamos una fuente con mantequilla.
Mezclamos los trozos de manzana con 50 g de azúcar. Los colocamos en la fuente engrasada y salpicamos otros 50 g de azúcar sobre ellos. Asamos las manzanas en el horno hasta que el azúcar empiece a caramelizarse, 10-15 minutos. Removemos las manzanas para que se cubran bien con el azúcar caramelizada.
Ponemos el agua y 75 g de azúcar en un cazo con las tiras de cáscara de limón. Llevamos el agua a ebullición, dejamos que hierva lentamente 5 minutos y apartamos el cazo del calor, dejando la cáscara de limón en infusión.
En otro cazo, disovemos la fécula de maíz en un poco de zumo de limón e incorporamos el almíbar de limón a esta mezcla. Ponemos el cazo al fuego, fuego bajo, y volvemos a calentar el almíbar de limón hasta que espese.
Desechamos las tiras de cáscara de limón y agregamos el resto del zumo. Volvemos a llevar la salsa a ebullición. Añadimos la mantequilla y la yema de huevo. Retiramos el cazo del fuego inmeidatamente y removemos hasta que quede una salsa homogenea.
Distribuímos los trozos de manzana asada entre 4 platos y echamos un poco de salsa de limón. Ponemos la nata montada en un cuenco aparte para que cada persona se sirva la cantidad que quiera.