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Platos italianos

La pasta y la pizza son muy populares, pero no son los únics platos italianos. También hay sopas, postres y más.

Prácitcamente todo el mundo está familiarizado con platos de pasta italiana pues en casi todo el mundo se consumen lasaña y espagueti. La pizza se come incluso en pequeñas aldeas de la India. Pero hay más que esto en la cocina italiana.

Sopas italianas

Si bien populares, las sopas que provienen de esta tierra  son menos conocidas.  Pero son uno de los platos que elevan a la cocina italiana a la categoría de cocina de clase mundial.

Hay, por suerte para los amantes de la comida italiana y de la variedad, docenas de recetas de sopa diferentes, provenientes  del norte, del sur, y de las muchas islas que rodean el país. Cuando se hacen con ingredientes frescos, aunque no sean los locales, son ideales para como una almuerzo ligero, o como plato principal para la comida o la cena.

La sopa minestrone veronesa, la sopa de bodas, y la zuppa jota son ejemplos que sirven como prueba.

El arroz a la italiana

El risotto es un plato italiano a base de arroz. Pero, oh, qué deliciosa sensación de sabor está enmascarada por esa simple descripción. Naturalmente, hay docenas de recetas diferentes y cada una refleja la región, y casi el cocinero, que dio a luz a la misma.

El risotto difiere de otros los de arroz asiáticos en que no utiliza el grano largo, mas o menos estándar en estos platos. En su lugar, utiliza un tipo muy especial de grano corto que se cultiva principalmente en Italia y que se llama Arborio. Se puede sustituir por otros granos de arroz cortos, como Carnaroli, Vialone, Bomba o Sushi.

El método de preparación de risotto también difiere de un arroz asiático o de la paella española, pues se empieza con un sofrito y luego se añade el caldo, poco a poco y removiendo despacio pero frecuentemente. El resultado es cremoso, no pastoso. Naturalmente, puesto que este es un verdadero plato italiano, debe utilizarse aceite de oliva.

¿Es la pizza realmente cocina italiana?

La pizza es uno de los alimentos más populares en el mundo. Se come en casi todos los países, y en muchos de ellos se consume en grandes cantidades. Se considera como uno de los platos básicos de la cocina italiana. Pero ¿es la pizza algo realmente italiano? Todo depende.

Está probado más allá de toda duda razonable que la pizza se extendió al mundo desde Nápoles, Italia. Allí, alguien tuvo la idea de coger uno de los panes planos tradicionales, y cubrirlo con salsa de tomate y lonchas de queso, los ingredientes básicos de la pizza. Este plato lo disfrutaban principalmente las personas de escasos recursos como los marineros, de donde proviene la palabra marinara nombre de la famosa salsa de tomate, y muchos otras personas que buscaban una comida satisfactoria a la vez que barata.

Pero para descubrir los orígenes de esos ingredientes hay que retroceder mucho en el tiempo. El pan plano en sí es probablemente un producto de la Grecia clásica. Cruzar el Mediterráneo hasta el sur de Italia no era un viaje muy largo para los marineros de esa antigua tierra. Este tipo de pan aguantaba bien estos viajes y probablemente los marineros trajeron sus recetas con ellos.

Los tomates llegaron a Italia durante el siglo XVI, de la mano de los exploradores españoles que  regresaban del Nuevo Mundo. Durante ese siglo, esta fruta roja (hortaliza es un término culinario, no científico) fue mirada con asombro, pero considerada como algo como comestible. Con el tiempo, algún brillante cocinero de origen desconocido tuvo la idea de machacarlos y cocinarlos.

La primera pizzería conocida, todavía en funcionamiento, abrió sus puertas en Nápoles en el año 1830. En poco tiempo, los visitantes cubrían toda la gama de clases, desde los marineros pobres hasta la realeza. En aquel tiempo, era común que los varones jóvenes de la aristocracia se incorporaran a la Armada como oficiales. Eso los puso en contacto con la marinara y la pizza.

Durante el siglo XIX, la pizza se propagó a otros países junto con la inmigración de italianos a Estados Unidos y América, Inglaterra, y otros lugares. Naturalmente, las innovaciones, literal y figurativamente, se apilaron rápidamente sobre este plato. Ya en 1870 era común añadir orégano, albahaca, aceitunas y otros ingredientes a la comida italiana favorita en muchos países.

Cerca de finales del siglo XIX  los mismos italianos seguían incorporando cambios al plato. En Bolonia, la ciudad en el norte de Italia de la cual tenemos la salsa y el relleno tan conocidos, convirtieron esta salsa en uno de los ingredientes de su pizza, que pronto se convirtió en un favorito de la Reina.

Tanto para la realeza como para los plebeyos, la pizza sigue siendo uno de los platos favoritos en todo el mundo. La pizza napolitana es una receta que sirve de muestra, especialmente cuando se prepara con masa para pizza hecha en casa.

Salsas sicilianas

Las salsas italianas son bien conocidas en todo el mundo. Pero hay una región del país que ofrece algo claramente diferente: Sicilia. Aunque sea legalmente parte de Italia, Sicilia a menudo ha actuado a su forma desde el punto de vista político. Ese mismo espíritu independiente se encuentra en la cocina de esta isla bañada por el sol, y muy particularmente en sus finas salsas. Tenemos dos buenos ejemplos en la salsa siciliana de ajo y cebolla y la salsa siciliana de lentejas y tomate.

Sopa con pasta italaiana,

Pasta

Hay docenas de tipos de pasta diferentes y miles de recetas a base de pasta ¿no son afortunados los cocineros? Ya sabemos que espaguetis y lasaña son platos que siempre gustan. Pero hay muchos platos más, y, después de todo, la exploración de nuevos mundos en la cocina es parte de la diversión.

La forma es un aspecto importante de la pasta, ya que tiene una fuerte influencia en la preparación, la salsa, los rellenos que puede utilizar, y así sucesivamente. Las conchas grandes, por ejemplo, son  perfectas para rellenos con carne. La lasaña, que da nombre al plato como es lógico, tiene la forma ancha y plana que la hace perfecto para todas las ocasiones.

Pero los ingredientes también varían. La mayoría de la pasta está hecha de una combinación de agua y harina. Hay pastas hechas con harina de sémola, producida a partir de trigo duro, de trigo sarraceno, y otros cereales. No hay que dejarse engañar por la frase “pasta seca” pues sin líquido de algún tipo, no hay forma de convertir la harina en una masa, o una pasta, y por lo tanto hacer pasta, aunque luego se la deje secar.

Luego se añaden otros ingredientes; huevos en el caso de la pasta al huevo. En muchos tipos de pasta se han mezclado especias, o incluso queso. La pasta es flexible. Hay que remarcar, sin embargo, que los ñoquis, que se hace realmente de patatas, no son realmente pasta aunque sus usos sean muy parecidos y puedan acompañarse de las mismas salsas.

La alternativa a la pasta seca no es la pasta húmeda, sino la pasta fresca.

En el proceso normal de fabricación, se hace extruyendo la pasta a través de un molde de cobre, lo que le da forma y crea los patrones acanalados en la superficie con los que estamos familiarizados. La pasta luego se seca, y se seca mucho, hasta hacerla dura. Pero ese proceso de secado se puede detener forma parte y el producto se consume mientras que la mezcla todavía conserva mucho la humedad y flexibilidad.

Ya sea en seca o fresca, con huevo o sencilla, el punto es utilizarla para preparar esos apetitosos platos que sólo se pueden preparar con pasta italiana como las lasañas.

Ñoquis

Al penar en la comida italiana la pasta italiana casi siempre es lo primero que viene a la mente. Pero hay otro elemento básico que ha sido parte de la dieta italiana durante siglos: los ñoquis. Su nombre en la lengua materna, gnocchi o albóndigas, describe su forma, pero no su sabor. Hechos de patatas, se podría pensar que su sabor sería aburrido y monótono, que son nutritivos pero demasiado simples ¡Qué equivocado sería ese pensamiento!

Los ñoquis no son por sí mismos un plato completo a pesar de que son una gran aperitivo con un poco de sal y pimienta. Los italianos a menudo los comen como una alternativa a la sopa. Por lo tanto, lo mejor es juzgarlos en el contexto de una receta completa como los ñoquis con espinacas o los ñoquis con tomate.


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