Carne de cerdo

Es la carne del cerdo doméstico, muy apreciada por su sabor y textura.

La carne de cerdo tiene mala prensa por ser una carne grasa, pero los cortes magros son comparables a otros tipos de carne magra. Debido a la demanda de los consumidores, la carne de cerdo se va haciendo menos grasa y se han creado nuevos cortes.

El cerdo fresco de buena calidad debe tener carne firme y tersa, con un color rosado, más o menos pálido. La grasa debe ser blanca y cremosa. No debería tener ningún olor fuerte.

Los huesos deben ser rosados, aunque pueden tener un tinte azulado. La corteza, o piel, debe ser lisa, sin pelos.

La carne de cerdo debe comerse fresca. No se conserva bien, así que hay que refrigararla bien y consumirla pronto. Antes de que existieran las neveras, la carne de cerdo fresca sólo se consumía durante los mese de invierno. Gracias a los avances en cuanto a refrigeración, el cerdo ha dejado de ser un animal de temporada. La carne de cerdo se puede congelar.

La carne de cerdo siempre debe estar bien cocinada, y nunca debe quedar poco hecha. La carne de cerdo poco hecha no tiene buen aspecto ni resulta sabrosa, además, podría resultar peligrosa para la salud.

La care de cerdo es más sabrosa cuando se cocina con hueso, pero algunos cortes de cerdo son buenos para deshuesar y rellenar.

Deben estimarse 225-350 g de carne de cerdo con hueso por persona y 150-175 g de carne sin hueso.

Dado que se aprovecha absolutamente todo el animal, se ha dicho que un cerdo no es más que un plato con patas esperando a ser comido.

cerdo a la barbacoa